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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 193

LAS APARICIONES FINALES Y LA ASCENSIÓN

2052:1  193:0.1 LA decimosexta manifestación morontial de Jesús tuvo lugar el viernes 5 de mayo, hacia las nueve de la noche, en el patio de Nicodemo. Esta noche, los creyentes de Jerusalén habían realizado su primer intento por reunirse después de la resurrección. En este momento se encontraban congregados aquí los once apóstoles, el cuerpo de mujeres y sus asociadas, y aproximadamente otros cincuenta discípulos principales del Maestro, incluyendo a varios griegos. Este grupo de creyentes había estado conversando familiarmente durante más de media hora cuando de pronto, el Maestro morontial apareció plenamente a la vista de todos y empezó de inmediato a instruirlos. Jesús dijo:

2052:2  193:0.2 "Que la paz sea con vosotros. Éste es el grupo de creyentes más representativo —apóstoles y discípulos, tanto hombres como mujeres— al que me he aparecido desde el momento en que fui liberado de la carne. Ahora os tomo por testigos de que os había dicho de antemano que mi estancia entre vosotros debía llegar a su fin. Os dije que pronto debía regresar hacia el Padre. Y luego os dije claramente de qué manera los jefes de los sacerdotes y los dirigentes de los judíos me entregarían para ser ejecutado, y que saldría de la tumba. ¿Por qué, entonces, os habéis desconcertado tanto por todo esto, cuando ha sucedido? ¿Y por qué estabais tan sorprendidos cuando resucité de la tumba al tercer día? No lograsteis creerme porque escuchabais mis palabras sin comprender su significado.
2052:3  193:0.3 "Ahora deberíais prestar oído a mis palabras para no cometer de nuevo el error de escuchar mi enseñanza con la mente, sin comprender su significado en vuestro corazón. Desde el principio de mi estancia aquí como uno de vosotros, os enseñé que mi única finalidad era revelar mi Padre que está en los cielos a sus hijos de la tierra. He vivido la donación de revelar a Dios para que podáis experimentar la carrera de conocer a Dios. He revelado a Dios como vuestro Padre que está en los cielos; os he revelado que sois los hijos de Dios en la tierra. Es un hecho que Dios os ama a vosotros, sus hijos. Por la fe en mis palabras, este hecho se vuelve una verdad eterna y viviente en vuestro corazón. Cuando, por la fe viviente, os volvéis divinamente conscientes de Dios, entonces nacéis del espíritu como hijos de la luz y de la vida, de la misma vida eterna con la que ascenderéis el universo de universos y lograréis la experiencia de encontrar a Dios Padre en el Paraíso.
2052:4  193:0.4 "Os exhorto a que recordéis siempre que vuestra misión entre los hombres consiste en proclamar el evangelio del reino —la realidad de la paternidad de Dios y la verdad de la filiación de los hombres. Proclamad la verdad total de la buena nueva, y no solamente una parte del evangelio salvador. Vuestro mensaje no ha cambiado debido a la experiencia de mi resurrección. La filiación con Dios, por la fe, sigue siendo la verdad salvadora del evangelio del reino. Debéis salir a predicar el amor de Dios y el servicio a los hombres. Lo que el mundo más necesita saber es que los hombres son hijos de Dios, y que pueden comprender realmente por la fe esta verdad ennoblecedora, y experimentarla diariamente. Mi donación debería ayudar a todos los hombres a saber que son hijos de Dios, pero este conocimiento será insuficiente si no logran captar personalmente, por la fe, la verdad salvadora de que son los hijos espirituales vivientes del Padre eterno. El evangelio del reino se ocupa del amor del Padre y del servicio a sus hijos en la tierra.
2053:1  193:0.5 "Aquí compartís entre vosotros el conocimiento de que he resucitado de entre los muertos, pero esto no es algo extraordinario. Tengo el poder de abandonar mi vida y de recuperarla de nuevo; el Padre confiere este poder a sus Hijos del Paraíso. Vuestro corazón debería conmoverse más bien con el conocimiento de que los muertos de una era han emprendido la ascensión eterna poco después de que yo saliera de la tumba nueva de José. He vivido mi vida en la carne para mostraros cómo podéis ser, a través del servicio amoroso, una revelación de Dios para vuestros semejantes, al igual que yo he sido, amándoos y sirviéndoos, una revelación de Dios para vosotros. He vivido entre vosotros como el Hijo del Hombre para que vosotros, y todos los demás hombres, podáis saber que todos sois en verdad los hijos de Dios. Por eso, id ahora por el mundo entero predicando este evangelio del reino de los cielos a todos los hombres. Amad a todos los hombres como yo os he amado; servid a vuestros compañeros mortales como yo os he servido. Habéis recibido gratuitamente, dad gratuitamente. Permaneced aquí en Jerusalén solamente mientras voy hacia el Padre y hasta que os envíe el Espíritu de la Verdad. Él os guiará hacia una verdad más amplia, y yo iré con vosotros por todo el mundo. Siempre estoy con vosotros, y mi paz os dejo."

2053:2  193:0.6 Cuando el Maestro les hubo hablado, desapareció de su vista. Estos creyentes no se dispersaron hasta cerca del alba; permanecieron juntos toda la noche discutiendo seriamente las recomendaciones del Maestro y meditando sobre todo lo que les había sucedido. Santiago Zebedeo y otros apóstoles les contaron también sus experiencias con el Maestro morontial en Galilea, y refirieron cómo se les había aparecido tres veces.

 


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